Villa Alejandra Girardot

Reseña de un crítico de hotel

Recientemente pasé la Navidad en Villa Alejandra, un lugar que se ha ganado un huequito en mi corazón. Desde el primer momento, la calidez de los anfitriones, Laura y Cristian, hizo que nuestra estancia fuera especial; sus gestos amables nos hicieron sentir como en casa. Los apartamentos son ideales, equipados con cocinas completas, lo que te permite disfrutar de un toque personal en tus comidas, algo fundamental para un chef como yo que valora la gastronomía. La tranquilidad del lugar, rodeado de naturaleza, nos ofreció esa paz que se busca para desconectar. Además, la piscina exterior y el jardín bien cuidado fueron el complemento perfecto para relajarse después de disfrutar de un buen asado en las instalaciones de barbacoa. Sin dejar de mencionar que, siendo un apasionado de los animales, la actitud dog-friendly del lugar fue un gran plus, permitiéndome disfrutar de mis mascotas en un entorno tan bonito. Sin duda, planeo regresar a este encantador escondite.